Cine mudo español

El cine mudo español

El 15 de mayo de 1896 se celebró la primera proyección cinematográfica a manos de Promio, el operador de los Lumière, en los bajos del Hotel Rusia de Madrid.
Meses después en Zaragoza Jimeno Correas grabó Maniobras militares junto al Ebro, aunque, su carencia de luz hace que su segunda cinta Salida de misa de doce del Pilar sea considerada la primera producción nacional.

Fructuós Gelabert en el rodaje de
 Riña en un café

Desde entonces hasta 1936 se realizarán muchas películas, pero al pensar que carecían de potencial hizo que trabajasen con recursos limitados y escasos.

Riña en una café (1897) del catalán Fructuós Gelabert es considerada la primera película con
argumento.





El cine principalmente eran adaptaciones de obras teatrales como Ricardo Baños, Don Juan Tenorio, hechos históricos o guiones que carecían de solidez.

Cartel de Un Perro Andaluz

Todo cambia al crearse uno de los subgéneros más emblemáticos del cine español Las españoladas que consistía en exagerar el carácter español a través de la comedia.
Destacan directores como Florián Rey en Gigantes y Cabezudos (1925), Luis Buñuel Un Perro Andaluz (1929) a pesar de que esta última no sea considerada como película española ya que fue producida en territorio francés.

Aunque críticos afirman que la mejor película de cine mudo español es La Aldea Maldita (1930) del cineasta Florián Rey  ya que a pesar de ser personajes planos la actuación junto con un ritmo prodigioso hacen que el espectador se estremezca desde su asiento.


Actualmente se estima que se han perdido para siempre entre el 80 y el 90 por ciento de la producción nacional del periodo. 
Las películas se impresionaron en rollos de nitrato de celulosa, un plástico inestable, altamente inflamable y requería de una conservación cuidadosa para evitar que se descompusiera con el tiempo, otras muchas películas, un número importante, se perdieron en los incendios de los laboratorios donde se conservaban sus negativos.